14 junio 2009

El Robo de la Joya (Deschannel Sisters)

El robo de la Joya

Capitulo 1

Un ambiente agitado: sobre la enorme mesa que estaba en el centro de aquel recinto numerosos papeles estaban esparcidos y otros aún se veían caer sobre los otros. Ropa tirada habia en todas partes, el suelo era una mescla de zapatos, sostenes, poleras y pantalones que daban un aire de habitacion alfombrada. Sin duda era un completo desastre, pero que sin embargo le daba un toque de vida a aquel lugar lúgubre cubierto del gris característico del metal con el que estaba construido. La puerta se encontraba abierta, pues apenas unos segundos atrás tres chicas de negro habían salido corriendo por ella. Se podía leer una placa gruesa en ella "Deschannel, don't enter".

Al salir de la puerta se encontraba un largo pasillo por el que corrian apresuradas las muchachas, vestidas completamente de negro y con prendas ajustadísimas a su piel. Por fin se detuvieron al final éste, en frente de un gran salón con paantallas de ordenadores por doquier, y un sillon de cuero personal en el centro detrás de una mesa espaciosa pero sencilla.

-Ya se hace tarde...-el sillón de cuero se giró y dejó ver a un alto hombre de cabellos profundamente negros y de ojos verde azules.-No vuelvan a repetir esto. Saben que son mis preferidas, pero no puedo dejar que una torpesa como esta vuelva a ocurrir.
-Disculpenos, Aoshi-sama -contestó la mayor de las tres.
-Como dije, ya es tarde, tomen sus cosas y vallan al elicóptero, las está esperando. No retrasen mas la mision, saben que eso no es favorable.
-Como ordene, Aoshi-sama-obedientemente, las chicas tomaron cada una un pequeño bolso que estaba sobre la mesa del hombre y corrieron hacia una compuerta que acababa de abrirse unos momentos antes y que dava paso al exterior, donde descansaba sobre el oscuro cemento un elicoptero.
-Helen-san -como una orden a su subirdinada, la chica se detuvo inmediatamente y se volveó hacia el hombre.-Hacércate.
-Señor, sabe tan bien como yo, que no es devido.
-Ya nadie se encuentra aquí, no hay peligro.
-Señor, po favor detengase. No quiero seguir más con esta complicada situación.
-Ya no me llames más señor...para tí soy sólo Aoshi.
-Lo siento, señor, pero es así como devo referirme a mis superiores.-la chica se dispuso a retirarse.
-Arreglaré las cosas para tenerte, a cualquier costo lo haré.
-No diga cosas estúpidas, señor.

Las chicas entraron e inmediatamente el elicoptero se elevó. Se sentaron pesadamente sobre los hacientos del movil y permanecieron un momento en silencio. El piloto interrumpió la monotonía.

-¿Y a quién se van a enfrentar esta vez, chicas? Ojalá sea alguien más interesante que la vez pasada. Fué completamente aburrida esa mición...
-Elizabeth tiene el informe.-la hermana del medio miró a la menor esperando respuesta.
-Yo....lo olvidé...
-¡¿Qué?! Elizabeth, sabes que si...
-Lo sé. No se preocupen, hermanas, yo me encargaré de desaserme de quien se interponga. Ya lo he hecho muchas veces, ustedes sólo encarguense del objetivo.
-Ten cuidado, ahora tienes desventaja de las ocaciones anteriores, no sabes a qyuén te vas a enfrentar.-la mayor hablaba preocupada.
-Lo tendré, gracias.
-Estamos llegando.-el piloto intervino nuevamente pero esta vez para acabar con la conversación. Las tres chicas se tomaron de las manos y cerraron los ojos.
-Allá vamos. Que dios nos proteja.-dijeron al unísono casi como una cábala y una tras otra bajaron del elicoptero por una cuerda previamente lanzada hacia abajo.

Era de noche. Pocas cosas podían distinguierse, pero sin duda el lugar donde estaban se identificaba mucho más con la oscuridad de la noche. Era el Museo de Reliquias de la Antiguedad. La altura del edificio era desmesurada y se revelava al divisarse todas las luces de la cuidad a sus pies, tan lejanas, que la omnipotenticidad del edificio las convertía en pequeñas luciernagas reunidas bajo la enorme luna. La asotea del edificio, contraria a su interior, era desabrida y sin vida. Pero el panorama comensó a cambiar cuando las chicas abrieron con inigualable agilidad una de las compuertas de entrada al edificio por el techo y cautelosamente se introdujeron en él.

Desde su posición divisaron la sombra de un hombre. Por su estatura y cuerpo se notaba que sólo era un adolescente. Las dos chicas miraron a la menor. Era su turno. La chica desplegó una cuerda finísima como una tela de araña y de deslisó por ella hasta llegar al nivel del último piso del edificio. No se distinguia nada, sólo era posible determinar que habian personas ahí por el sonido uniforme de las respiraciones.

Las otras dos chicas avanzaron por los entretechos y se perdieron de vista.

La chica menor, la menor de las Deschannel, permanecía quieta esperando alguna motivación de su rival.

-Ya han llegado.-una voz masculina delató la posición de su oponente, estaba a su espalda.-Un poco tarde de lo prometido.
-Siento haberte hecho esperar.-La chica se volteó lentamente.
-Ya que has llegado, siéntete cómoda.-se escuchó un clamido de dos palmas y la luz embarcó todos los rincones del lugar. Enfrente de la chica su oponente se mostraba sin miramientos. Era un chico normalito, de cabellos rubios atados graciosamente en una cola de caballo. Sus ojos dorados daban luminosidad a su rostro, y su sonrrisa impetuosa daba la bienvenida a un combate. Era un militar. Llebaba puestas las ropas del ejército. Una indicio de su enemigo ya había quedado claro para la chica. no necesitaba un tonto informe para saber con quién pelearía, ni mucho menos para vencerlo. Ya lo había hecho antes, en repetidas ocaciones, ahora no habia mucho de diferente. Tenía que lograrlo a la perfección. No se le permitía fallar en ninguna circunstancia ni ámbito.
-No esperaba encontrarme a alguien tan joven.
-Lo mismo puedo decir. Una criminal tan reconocida creí que sería alguien con más experiencia.-el chico comensó a hacercársele disimuladamente. Se detuvo para mirar hacia el entretecho. Se podían ver unas sombras.
-No dejaré que las sigas.-se interpuso la muchacha.
-No, por favor, no te preocupes. No pensaba seguirlas.-detuvo sus palabrasy envió una mirada lujuriosa y examinante hacia la chica. Sus prendas de cuero tan apegadas a su cuerpo, casi fundidas con su piel, la luz deliniando sus curvas y sus ojos, los graciosos zapatos de tacones no muy altos, todo lo que poseía le daba un aire felino panteresco, que concordaba muy bien con la nocturna luz azulosa que entraba por la compuerta antes abierta por sus hermanas.-Eres muy hermosa.

Dió el primer paso a su estrategia. Sabía perfectamente las artimañas de su contrincante. Lo había aprendido observando cómo otros militares quedaban inmobilizados y en osaciones, morían a manos de la joven criminal. La chica tentaba a sus contrincantes con su cuerpo o simplemente los distraía de la forma necesaria para que éstos cometieran un error que ella pudiese aprobechar a su favor. Pero él no iba a caer en un truco tan sucio y antiguo como ese. Era demaciado absurdo pensar en aquello. Nunca se había ocupado demaciado en las mujeres, eso eran una ventaja. ¿Lo era? La figura de una chica tan hermosa ante sus ojos le incomodaba, nunca había apreciado con tal lujo el cuerpo de una mujer.

-¿De verdad lo crees?-la chica preguntó insinuantemente.-Nadie me había dicho algo así en mucho, mucho tiempo...
-Oh...pero no hay problema, yo puedo decirte todo lo que quieras.-el chico se le hacercó.
-¿Decirme cosas? ¿Y qué cosas se te ocurren al verme?

Bastantes, dejas sin aliento... ¡No! No podía responder algo como eso. Devía ser estratégico, ¿caer en su juego? Ya habíamos mencionado que era algo completamente absurdo.

-Que tu piel se ve tan suave..blanquecina...
-No puedes saver si es suave...por que no has tocado...-la chica desplegó el cierre que mantenía su traje de cuero hasta su cuello, y dejó ver el principio de sus pechos, provocantes.
-Tendré que averiguarlo...-la mano derecha del chico de deslizó lentamente hasta el cuello de ella, que acarició levemente y luego comensó a bajar... se detubo. Su mano izquierda había picado su anzuelo, una mano de la chica había sido atrapada intentando arrancar el arma que contenía el bolsillo del joven. La chica tiró el arma lejos, pero al bajar la guardia, su oponente de la misma forma había quitado el arma que guardaba en su cinturón.
-Eres más inteligente de lo que pensé.-atacó raviosa con la mirada.
-No caeré en un truco tan viejo como ese. A mi no me engañas, pequeña.
-Eso no importa. Estamos en igualdad de condiciones, ambos estamos desarmados.
-¿Desarmados? Eso no lo creeré hasta comprobarlo.-violéntamente el rubio se hacercó a su enemigo y bajó aún más el cierre de su traje con una mano y con la otra revisando el cinturón de la chica, palmando su cintura, sus muslos, sus piernas.
-¿Qué crees que..?-la chica intentó safarse pero el rubio la tomó por la cintura con una fuerza inhumana. Poco se podía ocultar ya del pecho de la chica. Ambos se sonrrojaron.-Estoy desarmada, ¿ahora estás tranquilo? Suéltame, me haces daño...
-Pensé que te gustaba dejar que te acariciaran por todas partes.-dijo con desprecio.
-No de viejos babosos que lo único que quieren es tener una piel joven para desenfrenar sus salvajes deseos. Pero ambos somos jovenes. Sabemos lo que queremos. Estamos solos, sin peligros. Partimos siendo enemigos, pero podemos ser algo más...
-Eso ya lo he escuchado.
-No entiendes. No soy la única que provoca sentimientos acalorados aquí.-la chica abrió la chaqueta del rubio y la retiró para luego desabrochar cuidadosamente su camisa.-no había conosido a nadie de mi edad con la vida que llevo...nunca pensé que un adolescente podía ser... como tú.

Era otra táctica, sin duda. Pero no podía negarse al placer que le daba estar tan cerca de ella, sentir su respiración, y más aún cuando la chica comensó a bajar por su cintura apartando su cinturón, quitando obstaculos, para dejarse el camino libre.

Continuará.

13 junio 2009

Romeo y Julieta (DohkoxShion) Capitulo 2 (2/2)

Continuacion Capitulo II



Desesperado, me dirigi a la habitacion de mi padre...estaba agotado con todo esto, mi mente ya no rendia como antes...Shion, alguien que en algun momento fue mi consuelo y mi amigo, ahora se reflejaba su recuerdo en mi mente oscuro, como el del demonio despues de haber hecho su fechoria, como el villano, como alguien de que es digno de desconfiar, como aquel asecino que espera que me debilite para atacar...

Tenia dos opciones...la primera, darle el antidoto a mi padre, pero corriendo el riesgo de que Shion me haya traicionado y ese antidoto fuese no mas que un veneno sertero para acabar de una vez por todas con él. Por otro lado, estaba la opcion de seguir rezando y esperar que el destino no nos jugara una mala pasada: no darle el antidoto, corriendo el riesgo de que muriera...

Me introduci en la habitacion de mi padre, y ahi estaba mi madre, sentada junto a él rezando unas plegarias por su vida. Sin decir nada, y casi automaticamente, me hacerque a ella, me arrodille junto al lecho de mi padre y puse mi cabeza sobre sus piernas, como cuando me consolaba mis llantos de niño...

-Madre, ¿que hacer cuando no sabes en quien confiar?-pregunte aquejado por el motivo de mi padre y por la respuesta que Shion me ofrecia.
-Cuando alguien miente, se le nota en los ojos...debes mirarlo friamente y sabras lo que en verdad trama, pero ten cuidado, a veces los ojos del cuerpo no ven esas cosas, deves usar la mirada del corazon...
-Pero...¿y si se trata de alguien que en verdad sabe mentir?
-¿A que te refieres?
-Emm...por ejemplo, un Capuleto.
-Pues, ¿me estas preguntando como saber si puedes confiar en un Capuleto?
-¡No!, no es eso...es solo que quiero saber cuando confiar en alguien...los Capuleto no son las unicas personas crueles y traicioneras del mundo...recuerda eso.
-Hijo, cuando alguien trate de mentirte, miralo a los ojos, como ya te dije, y tu mirada, mi niño, es la que tiene que obligarlo a decir la verdad...el poder de tu inocencia y de tu verdad lo tiene que inundar...si desvia la mirada, es por que no resiste tal cosa...
-Madre....gracias...-dije casi sin ánimo.
-Te encargo a tu padre, Dohko, tengo que hacer algo muy importante, ya que él no puede controlar las finansas, devo encargarme de algo que nos afecta a todos...
-No es necesario que te escuses, madre, solo basta con que me lo pidas...
-Gracias, mi niño...-Se retiro con pesar de la habitacion. Quede solo, junto a mi padre, y el antidoto que me dio Shion...refleccione las palabras de mi mama, y recorde esos profundos ojos rosas que me miraban mientras me entregaba el frasco con el liquido, jamas me desvio la mirada, simepre la mantubo clabada en mis ojos, Shion...Shion.., ¡¡¿¿maldicion, que devia hacer??!! ¿Creer en tu palabra? Miro a mi padre, y para mi, en estos instantes, era lo mas acertado...

Ya sin dudarlo, puse el liquido del antidoto en un vaso y desperte a mi padre. Sin embargo, solo pudo beber el contenido para luego volver a caer inconciente. Me quede sentado junto a él, se veia tan tranquilo, tan devil...mi querido padre.... Pero momentos mas tarde, su rostro de tranquilidad cambio completamente, a uno de dolor y desesperacion. Comenso a gritar, se movia continuamente de un lado de la cama a otro, con ambas manos en su estomago, retorciendose.

No...No...¡NO! ¡Shion, no me pudo haber traicionado! Yo tenia ahora la certesa de que no, pero, el actuar del antidoto estaba acabando con la poca vida que poseia mi padre. Habre cometido el gran herror de mi vida al darle una pocion proveniente de los Capuleto...

Mi padre, entre su dolor, y su fiebre, deliraba...

-¡Dohko, Dohko!
-Papa, tranquilo, estoy aqui...-le consolaba entre llantos.
-¡Dohko, hijo..Dohko!
-¡¡Papa, por favor perdoname, es mi culpa que tu estes asi, no la de Shion...no devi haber confiado en el, tampoco devi haberme quedado con él mientras tu dabas la vida por esta familia y por mi, devi pelear a tu lado, y nada de esto estaria pasando!!
-Dohko...ahhh!! Dohko...¿hijo mio, donde estas?
-Estoy contigo...¡¡No te dejare solo, lo prometo!!
-Ah...mi pequeño...no temas...tu no tienes la culpa de nada...Dohko...-poco a poco parecia que cerraba sus ojos.
-¡Papa, no te duermas, no, por favor!
-No temas al amor...Dohko...
-¿Que?
-Mi hijo querido...ahh!!-Asi fue toda la noche, mi padre agonisaba mi nombre, cada palabra que articulaba con gran dificultad, era como una espina entrando en mi pecho, ¡¡Maldigo a ese maldito Capuleto que logro engañarme, maldigo ese mundo tan injusto, maldigo estas horrorosas guerras que debemos enfrentar, maldigo la vida, y me maldigo a mi mismo!! Lo acompañe durante toda la noche, hasta que mis ojos ya no aguantaron mas, y en contra de mi voluntad, se cerraron...era casi de mañana.

¿Como pude haberme dormido mientras mi padre estaba en esas condiciones? Pero algo me hiso salir de mis sueños...algo...unas palabras llenas de tranquilidad, de seguridad, me decian, "Dohko...despierta..." Lentamente mis ojos comensaron a abrirse, acudiendo a ese llamado, aunque muy pesadamente. Las cosas poco a poco tomaban su forma adecuada, y por fin, logre divisar al que me hablaba, y para gran susto mio, eran los tiernos y grandes ojos verde ezmeralda de mi padre...

-¡¡Papa, papa, estas bien!!
-Hijo, Dohko, no te preocupes, ya todo paso...¡¡mirame, estoy como nuevo!!
-¡¡Papa, es un milagro!!
-Si, hijo, y el milagro lo hisiste tu, al darme ese antidoto anoche...-"el antidoto" resono como eco en mi cabeza, recordando a Shion, y a todo el odio que esa noche le tube por haberme traicionado, cuando no era verdad...Me senti como un tonto, el era mi amigo, pero, esa noche, todo parecia lo contrario...¿¿Por que?? ¿Será acaso una prueba que me ha puesto el Señor? Si huviese sido asi, seguro no pase.

Despues del almuerzo, de que todos en la casa se hayan enterado de que mi padre habia recuperado la salud al cien por ciento, me escabulli de mi casa, y realmente fue facil, pues todo el mundo estaba preocupado de la extraña mejoria de mi padre, que nadie me vio salir, tampoco llegar...

Use ese pequeño lapso de tiempo para visitar al causante de esa mejoria, al causante del milagro, y al causante de toda la ira que llegue a sentir, merecia por lo menos una disculpa...Llegue hasta el gran recinto que era la casa de los Capuleto, una especie de castillo, de igual o mayor tamaño que la de los Montesco. Habia guardias por donde se mirara, pero consegui, aunque con mucha dificultad, adentrarme en los jardines de la casa. Los hermosos arboles abundaban, las flores, sin duda un hermoso jardin. Mas alla del jardin, estaba la gran casa, con unico acceso desde ese lugar: las ventanas. Mi intencion era entrar, y me puse a pensar de que forma lo haria, pero antes de que eso pasara, el joven de ojos rosados salio apresurado a mi encuentro, salto desde una de las habitaciones, que deduje era la de él, y corrio hacia mí.

-¿Dohko, que haces aca? ¡¿No ves que si te atrapan, te matarán?!
-Shion...es que yo tenia que decirte algo...-dije con pesar. Me miro, sabia a lo que me refería.
-No creo que tengas nada que decirme...¿¿tu padre ya esta mejor, no es asi?? Eso, claro, si le diste el antidoto...
-Si se lo di, y mejoró...y por eso...
-Y por eso, debes retirarte ahora, no tengo nada mas que entregarte.
-No, espera...y por eso, vine hasta aqui para...
-Ahorrate las palabras...si yo te di esa cosa, fue por que de verdad no te queria ver huerfano, y como no lo eres, ya estoy conforme.
-Shion...por favor, perdoname...yo no devi desconfiar de tí...
-Lo que uno debe y no debe hacer...¿como se determina? No se puede...-dijo con sarcasmo.
-Shion, perdoname, eramos amigos, y yo desconfié de ti, lo siento...soy un verdadero tonto...
-No lo eres. Eres humano...¿sabes? Quisa yo hubiese hecho lo mismo en tu lugar, quien sabe, pero no tengo que perdonarte nada...no has hecho nada malo.
-Gracias...gracias por salvarlo...y de paso, salvarme a mí...gracias...-me miro fijamente. Su mirada ya no era de reproche, sino de ternura.
-Eso es lo que hacen...los amigos...pero... ahi esta el problema...
-¿Problema?
-Yo no soy tu amigo...-dijo bajando el rostro.- Yo...-me miro otra vez con esos acogedores ojos rosas- Yo...te amo...-Sin saber como, se hacerco a mi, y delicadamente beso mis labios, con gran cuidado. Senti, por primera vez, la intencidad y la pureza de su corazón en todo su esplendor, lo inocente de sus actos y de sus palabras. Pero yo no fui capaz de atinar a nada, no correspondi al beso, tampoco lo detube, simplemente, me quede ahi, tratando de entender la declaracion que me había hecho, y que aún no era comprensible para mí. Me quedé congelado, él se separó, y me miro fijo, como queriendo ahora, que yo le respondiera.
-Shion...yo...-dije sin salir del asombro, tampoco del hielo que me tenia prisionero. Pero, antes de que le pudiera reprochar cualquier cosa, una voz se hacercaba lentamente hacia nosotros. Él, con tristesa, me tomo el rostro con ambas manos y me dijo "Ya vete..." Yo no pude hacer nada, solo aceder a su peticion y retirarme, con la misma imprecion que senti desde que me confeso su amor.

Salí del jardín, corriendo, y me dirigi al pueblo para luego a mi casa, pero las calles eran como laberintos, solo podia pensar en una sola cosa: Shion. ¿Que tenia yo de especial para que el me quiera? ¿Cuando comenso todo esto, que ni siquiera pude darme cuenta? La confucion se tomo mi mente, y ya no podia pensar con claridad. Me dirigí a una fuente de agua, y ví como dos enamorados se besaban bajo su retrato dibujado por el liquido. Me quede contemplandolos, y como instintivamente, recorde la escena de Shion y yo, él confesandome su amor para luego besarme, y yo sin hacer nada, simplemente no me encontraba allí. Pense en como le diria que yo no siento lo mismo por él sin herirlo, pero, otra interrogante asomo a mi cabeza, y esta era mucho mas demoledora...¿Siento o no lo mismo por él?

02 junio 2009

Romeo y Julieta (DohkoxShion) Capitulo 2 (1/2)

Capitulo Segundo.


CONFUCIÓN EN EL LECHO DE MUERTE.


Me sali de lo matorrales, y recorde la batalla. Si el padre de Shion ya lo estaba buscando, todo deve haber terminado. Repitiendo lo que hiso mi amigo, me tire al suelo y me corte una pierna, claro, tambien levemente. Odio mentir, pero esta ocacion era especial...nos mataban a los dos si saben que estubimos juntos durante toda la batalla. Corri hacia el lugar del enfrentamiento, y ahi estaba mi padre, herido en el suelo. Mio corazon se detubo subitamente. Estaba ensangrentado en el suelo. parecia muerto, y entonces recorde "Deverias aprender de Saga, ha mandado al infierno a tres de esos mala sangre"...Corri desesperado hacia mi padre, tumbado en el suelo...mis lagrimas salian sin que lo consintiera, pero salian y corrian mas velozmente que yo.

-¡¡¡Padre, por favor, despierta!!! ¡¡¡No mueras!!!
-Dohko...hijo mio...-dijo sin fuerzas, casi un murmullo...
-¡¡Papa, no me dejes, por favor!!
-Dohko...recuerda que pase lo que pase, debemos haceptar la voluntad del señor...pase lo que pase...
-¡¡Lo siento, pero no lo acepto, y no lo permitire!!-lleno de rabia y llanto, lo tome en mis brazos y corri una vez mas a nuestro hogar, rogando a Dios que haya cura para él. Me lamentaba, haber estado con Shion, que de todas maneras, era un Capuleto, y no haber estado apollando a mi padre en la batalla. El se esmero en ayudarme, en entrenarme, y yo...le di la espalda. Me repeti muchas veces en mi mente que si el moria, seria netamente mi culpa...

Llegamos a la casa...mi hermana Naisy, salio a nuestro encuentro. Inmediatamente, preparo cama para mi padre, y llamo al medico de la familia. Yo en mi desesperacion, no atine a nada mas, solo cuando el medico y mi hermana entraron a la habitacion es que nos esncontrabamos mi padre y yo, el recostado en su cama, y yo a su lado, llorando.

El medico nos pidio que salieramos de la habitacion, pues devia operar ahi mismo, mi padre no resistiria un traslado. Estubo ahi casi tres horas, mis nervios me mataban. Mi hermana observava como mis manos sangraban al apretar mis puños con tanta fuerza, que mis uñas entraban en mi piel. Pero no podia sentir el dolor, estaba demasiado...digamos, que no estaba en este mundo con mi hermana, estaba en un lugar, donde lo unico que se oyen son los gritos de lamentos y desesperacion de los mortales que comiensan a perder la ezperanza...

La puerta de la habitacion se habrio sigilosamente, el doctor salio muy callado. Mi corazon se apreto ante esto...

-¡Doctor, ¿como esta mi padre?!
-Tranquilo, Dohko, fue operado con exito...sin embargo...-bajo el rostro.
-¿Que sucede?
-Tu padre esta viejo...su cuerpo, su organismo es devil...francamente, aunque esto te va a doler, creo que...no resistira mucho...quisas esta noche sea suficiente para él...
-No...¡¡eso no puede ser, mi padre no!!-le grite desesperado...¡¡¡esto no podia ocurrir, simplemente no podia estar ocurriendo!!!

Mi hermana me abrazo, en un fuerte abrazo que me dio un poco de fuerzas, pues ya las habia perdido todas. Llore y ella lloro conmigo. El medico se retiro, ya no habia mas que hacer, ya habia retirado las dos balas que ese desgrasiado de Saga, maldito...¡¡es obio que el fue!! Lo preciento...

Me retire unos momentos a mis aposentos, a rezar, pues la fe en mí estaba casi consumada. A penas entre, de la ventana de mi habitacion, se diviso una sombra, que luego entro por ahi...era Shion...

-¡¿Que haces aqui?!
-Dohko...yo, supe que tu padre habia sido herido y quise...
-¡¿Fue tu hermano, verdad? !-le pregunte lleno de rencor.-¡Ese desgraciado!
-Yo...yo...Sí, fue él...
-¡Lo sabia, devi saverlo desde un principio!
-Dohko, por favor, no llores...-trato de consolarme, tomandome el hombro.
-¡¡¡No me toques, vete de aqui!!!
-Lo siento tanto, Dohko...
-¡¡Ahora no me sirve lo que sientes, no me sirven las palabras!!
-Lo se, y por eso te quiero ayudar...traje algo para tí...
-¿Ah?-pregunte confundido.
-Toma- dijo él tendiendome la mano con las que saco un recipiente con un liquido de entre sus ropas, bien escondido.-Esto curara a tu padre, es el mejor medicamento que puede existir en estos casos...es un secreto de familia...daselo de beber, y sanará.
-Sanara...-repeti como un eco, imaginando a mi padre levantandose de esa maldita cama que lo tenia atado y al borde de la muerte.-¿Y como sé yo que no es un veneno que te han enviado tus familiares, o tu hermanito "Saga" para destruir por completo a mi padre?
-Dohko, me duele que puedas pensar asi de mi...somos amigos...y los amigos se ayudan en estos momentos.
-Amigos...¿¿y los amigos se traicionan de esa manera??, ¿atentando contra lo mas valioso que tienen?
-¡¡Por favor, Dohko, recapacita de una vez!! Se que no eres un niño mimado, ni mucho menos, se que eres muy inteligente, que piensas coherentemente y siempre con la cabeza fria, pero, ahora, amigo, tienes que pensar en tu padre, no como alguien por el cual hay que cobrar venganza, sino como alguien a quien ahi que ayudar. Yo te fresco la salida, tu desides si la tomas, o te quedas enserrado para siempre aqui, con tu padre a punto de morir...-dijo llendose por la ventana, su tono de voz aparentaba ser dolido, pero en estos momentos, no pienso en eso, pienso que el es el unico culpable de que mi padre este en esas condiciones, y me ubiese gustado haberlo encarado por ello, pero su actitud...