13 junio 2009

Romeo y Julieta (DohkoxShion) Capitulo 2 (2/2)

Continuacion Capitulo II



Desesperado, me dirigi a la habitacion de mi padre...estaba agotado con todo esto, mi mente ya no rendia como antes...Shion, alguien que en algun momento fue mi consuelo y mi amigo, ahora se reflejaba su recuerdo en mi mente oscuro, como el del demonio despues de haber hecho su fechoria, como el villano, como alguien de que es digno de desconfiar, como aquel asecino que espera que me debilite para atacar...

Tenia dos opciones...la primera, darle el antidoto a mi padre, pero corriendo el riesgo de que Shion me haya traicionado y ese antidoto fuese no mas que un veneno sertero para acabar de una vez por todas con él. Por otro lado, estaba la opcion de seguir rezando y esperar que el destino no nos jugara una mala pasada: no darle el antidoto, corriendo el riesgo de que muriera...

Me introduci en la habitacion de mi padre, y ahi estaba mi madre, sentada junto a él rezando unas plegarias por su vida. Sin decir nada, y casi automaticamente, me hacerque a ella, me arrodille junto al lecho de mi padre y puse mi cabeza sobre sus piernas, como cuando me consolaba mis llantos de niño...

-Madre, ¿que hacer cuando no sabes en quien confiar?-pregunte aquejado por el motivo de mi padre y por la respuesta que Shion me ofrecia.
-Cuando alguien miente, se le nota en los ojos...debes mirarlo friamente y sabras lo que en verdad trama, pero ten cuidado, a veces los ojos del cuerpo no ven esas cosas, deves usar la mirada del corazon...
-Pero...¿y si se trata de alguien que en verdad sabe mentir?
-¿A que te refieres?
-Emm...por ejemplo, un Capuleto.
-Pues, ¿me estas preguntando como saber si puedes confiar en un Capuleto?
-¡No!, no es eso...es solo que quiero saber cuando confiar en alguien...los Capuleto no son las unicas personas crueles y traicioneras del mundo...recuerda eso.
-Hijo, cuando alguien trate de mentirte, miralo a los ojos, como ya te dije, y tu mirada, mi niño, es la que tiene que obligarlo a decir la verdad...el poder de tu inocencia y de tu verdad lo tiene que inundar...si desvia la mirada, es por que no resiste tal cosa...
-Madre....gracias...-dije casi sin ánimo.
-Te encargo a tu padre, Dohko, tengo que hacer algo muy importante, ya que él no puede controlar las finansas, devo encargarme de algo que nos afecta a todos...
-No es necesario que te escuses, madre, solo basta con que me lo pidas...
-Gracias, mi niño...-Se retiro con pesar de la habitacion. Quede solo, junto a mi padre, y el antidoto que me dio Shion...refleccione las palabras de mi mama, y recorde esos profundos ojos rosas que me miraban mientras me entregaba el frasco con el liquido, jamas me desvio la mirada, simepre la mantubo clabada en mis ojos, Shion...Shion.., ¡¡¿¿maldicion, que devia hacer??!! ¿Creer en tu palabra? Miro a mi padre, y para mi, en estos instantes, era lo mas acertado...

Ya sin dudarlo, puse el liquido del antidoto en un vaso y desperte a mi padre. Sin embargo, solo pudo beber el contenido para luego volver a caer inconciente. Me quede sentado junto a él, se veia tan tranquilo, tan devil...mi querido padre.... Pero momentos mas tarde, su rostro de tranquilidad cambio completamente, a uno de dolor y desesperacion. Comenso a gritar, se movia continuamente de un lado de la cama a otro, con ambas manos en su estomago, retorciendose.

No...No...¡NO! ¡Shion, no me pudo haber traicionado! Yo tenia ahora la certesa de que no, pero, el actuar del antidoto estaba acabando con la poca vida que poseia mi padre. Habre cometido el gran herror de mi vida al darle una pocion proveniente de los Capuleto...

Mi padre, entre su dolor, y su fiebre, deliraba...

-¡Dohko, Dohko!
-Papa, tranquilo, estoy aqui...-le consolaba entre llantos.
-¡Dohko, hijo..Dohko!
-¡¡Papa, por favor perdoname, es mi culpa que tu estes asi, no la de Shion...no devi haber confiado en el, tampoco devi haberme quedado con él mientras tu dabas la vida por esta familia y por mi, devi pelear a tu lado, y nada de esto estaria pasando!!
-Dohko...ahhh!! Dohko...¿hijo mio, donde estas?
-Estoy contigo...¡¡No te dejare solo, lo prometo!!
-Ah...mi pequeño...no temas...tu no tienes la culpa de nada...Dohko...-poco a poco parecia que cerraba sus ojos.
-¡Papa, no te duermas, no, por favor!
-No temas al amor...Dohko...
-¿Que?
-Mi hijo querido...ahh!!-Asi fue toda la noche, mi padre agonisaba mi nombre, cada palabra que articulaba con gran dificultad, era como una espina entrando en mi pecho, ¡¡Maldigo a ese maldito Capuleto que logro engañarme, maldigo ese mundo tan injusto, maldigo estas horrorosas guerras que debemos enfrentar, maldigo la vida, y me maldigo a mi mismo!! Lo acompañe durante toda la noche, hasta que mis ojos ya no aguantaron mas, y en contra de mi voluntad, se cerraron...era casi de mañana.

¿Como pude haberme dormido mientras mi padre estaba en esas condiciones? Pero algo me hiso salir de mis sueños...algo...unas palabras llenas de tranquilidad, de seguridad, me decian, "Dohko...despierta..." Lentamente mis ojos comensaron a abrirse, acudiendo a ese llamado, aunque muy pesadamente. Las cosas poco a poco tomaban su forma adecuada, y por fin, logre divisar al que me hablaba, y para gran susto mio, eran los tiernos y grandes ojos verde ezmeralda de mi padre...

-¡¡Papa, papa, estas bien!!
-Hijo, Dohko, no te preocupes, ya todo paso...¡¡mirame, estoy como nuevo!!
-¡¡Papa, es un milagro!!
-Si, hijo, y el milagro lo hisiste tu, al darme ese antidoto anoche...-"el antidoto" resono como eco en mi cabeza, recordando a Shion, y a todo el odio que esa noche le tube por haberme traicionado, cuando no era verdad...Me senti como un tonto, el era mi amigo, pero, esa noche, todo parecia lo contrario...¿¿Por que?? ¿Será acaso una prueba que me ha puesto el Señor? Si huviese sido asi, seguro no pase.

Despues del almuerzo, de que todos en la casa se hayan enterado de que mi padre habia recuperado la salud al cien por ciento, me escabulli de mi casa, y realmente fue facil, pues todo el mundo estaba preocupado de la extraña mejoria de mi padre, que nadie me vio salir, tampoco llegar...

Use ese pequeño lapso de tiempo para visitar al causante de esa mejoria, al causante del milagro, y al causante de toda la ira que llegue a sentir, merecia por lo menos una disculpa...Llegue hasta el gran recinto que era la casa de los Capuleto, una especie de castillo, de igual o mayor tamaño que la de los Montesco. Habia guardias por donde se mirara, pero consegui, aunque con mucha dificultad, adentrarme en los jardines de la casa. Los hermosos arboles abundaban, las flores, sin duda un hermoso jardin. Mas alla del jardin, estaba la gran casa, con unico acceso desde ese lugar: las ventanas. Mi intencion era entrar, y me puse a pensar de que forma lo haria, pero antes de que eso pasara, el joven de ojos rosados salio apresurado a mi encuentro, salto desde una de las habitaciones, que deduje era la de él, y corrio hacia mí.

-¿Dohko, que haces aca? ¡¿No ves que si te atrapan, te matarán?!
-Shion...es que yo tenia que decirte algo...-dije con pesar. Me miro, sabia a lo que me refería.
-No creo que tengas nada que decirme...¿¿tu padre ya esta mejor, no es asi?? Eso, claro, si le diste el antidoto...
-Si se lo di, y mejoró...y por eso...
-Y por eso, debes retirarte ahora, no tengo nada mas que entregarte.
-No, espera...y por eso, vine hasta aqui para...
-Ahorrate las palabras...si yo te di esa cosa, fue por que de verdad no te queria ver huerfano, y como no lo eres, ya estoy conforme.
-Shion...por favor, perdoname...yo no devi desconfiar de tí...
-Lo que uno debe y no debe hacer...¿como se determina? No se puede...-dijo con sarcasmo.
-Shion, perdoname, eramos amigos, y yo desconfié de ti, lo siento...soy un verdadero tonto...
-No lo eres. Eres humano...¿sabes? Quisa yo hubiese hecho lo mismo en tu lugar, quien sabe, pero no tengo que perdonarte nada...no has hecho nada malo.
-Gracias...gracias por salvarlo...y de paso, salvarme a mí...gracias...-me miro fijamente. Su mirada ya no era de reproche, sino de ternura.
-Eso es lo que hacen...los amigos...pero... ahi esta el problema...
-¿Problema?
-Yo no soy tu amigo...-dijo bajando el rostro.- Yo...-me miro otra vez con esos acogedores ojos rosas- Yo...te amo...-Sin saber como, se hacerco a mi, y delicadamente beso mis labios, con gran cuidado. Senti, por primera vez, la intencidad y la pureza de su corazón en todo su esplendor, lo inocente de sus actos y de sus palabras. Pero yo no fui capaz de atinar a nada, no correspondi al beso, tampoco lo detube, simplemente, me quede ahi, tratando de entender la declaracion que me había hecho, y que aún no era comprensible para mí. Me quedé congelado, él se separó, y me miro fijo, como queriendo ahora, que yo le respondiera.
-Shion...yo...-dije sin salir del asombro, tampoco del hielo que me tenia prisionero. Pero, antes de que le pudiera reprochar cualquier cosa, una voz se hacercaba lentamente hacia nosotros. Él, con tristesa, me tomo el rostro con ambas manos y me dijo "Ya vete..." Yo no pude hacer nada, solo aceder a su peticion y retirarme, con la misma imprecion que senti desde que me confeso su amor.

Salí del jardín, corriendo, y me dirigi al pueblo para luego a mi casa, pero las calles eran como laberintos, solo podia pensar en una sola cosa: Shion. ¿Que tenia yo de especial para que el me quiera? ¿Cuando comenso todo esto, que ni siquiera pude darme cuenta? La confucion se tomo mi mente, y ya no podia pensar con claridad. Me dirigí a una fuente de agua, y ví como dos enamorados se besaban bajo su retrato dibujado por el liquido. Me quede contemplandolos, y como instintivamente, recorde la escena de Shion y yo, él confesandome su amor para luego besarme, y yo sin hacer nada, simplemente no me encontraba allí. Pense en como le diria que yo no siento lo mismo por él sin herirlo, pero, otra interrogante asomo a mi cabeza, y esta era mucho mas demoledora...¿Siento o no lo mismo por él?

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