Romeo y Julieta (DohkoxShion) Capitulo 3 (1/2)

Capitulo tercero.

UNA RAZÓN PARA ESTAR LOCO.


Mis días eran confusos, llegue a mi casa, me encerre en mi cuarto a pensar. Mi hermana Naisy toco muy preocupada a mi puerta...

-Dohko, ¿estas bien? Abre por favor...
-Estoy bien, no te preocupes.-le respondi sin animos.
-Hermano, dejame entrar...sabes que puedes confiar en mí.-Lo pense unos momentos, y luego me decidi a abrirle la puerta y ella entro y me miro fijamente.- ¿Que te sucede, Dohko?
-Ya dije que no me pasa nada, querias entrar y ya lo hise, ¿que mas deceas?
-Ya no mientas, no has bajado a comer...¡¡Son las 12 de la noche!! No has comido nada en todo el día...
-¿En serio? En verdad no me di cuenta...
-Por favor, sabes que puedes confiar en mí, cuentame lo que te pasa...-dijo muy tiernamente, como solia ser mi adorada hermanita.
-No es nada...solo me siento un poco enfermo...
-¿Enfermo del corazón?
-Mmm...
-¿No me equeboco, verdad?
-Naisy, esto no es un juego de interrogatorio, es algo que simplemente no te puedo decir...
-Pero tu sabes que yo me quedare callada...
-Lo sé...pero...solo dame un consejo, ¿si?
-Lo que quieras, pero que te haga feliz.
-Cuando conosiste a Fransisco, ¿cuando supiste que lo amabas de verdad?
-Eso es complicado...primero fue simpatía...despues me agradaba, pero a medida que lo fui conosiendo de fondo, comense a amarlo conforme me daba cuenta del gran hombre que era...¿Eso te ayuda?
-Si...y no. ¿que sentiste cuando el te dijo que te amaba?
-Le dije que sí en el mismo momento, lo amaba y no lo hiba a dejar escapar...pero fue inutil, la vida me lo ha quitado...-dijo bajando el rostro al recordar a su amado Francisco.
-Lo siento, no debi ser tan imprudente de hacerte recordar...
-No, Dohko, haces bien, que nuestro amor sirva de leccion y apollo a los demas...-dijo con la voz firme de una mujer decidida. Me tomo el hombro y me pregunto.- ¿Tienes problemas con el amor?
-Yo...creo que sí, pero no te puedo decir mas...te juro que si hubiese podido, no lo dudaría...
-Esta bien. te entiendo...pero espero haberte podido ayudar. ¿No quieres bajar a comer conmigo?
-No tengo animos...
-Pero yo sí y no quiero comer sola, por que todos los demas ya han cenado, ¡acompañame!-dijo tomandome del brazo y arrastrarme escaleras a bajo hasta llegar al comedor. Ella no dejaba de sonrreirme, como si supiera que esas sonrrisas eran las que mas me daban animo.

Asi pasaron los días, solo podia pensar en aquella escena de Shion y yo...Y luego, esos hermosos ojos rosas se me aparecian en todas partes...¿Por que nunca antes me habia fijado en ellos? Realmente, me di cuenta de que nunca habia visto tanta puresa en una mirada, mas que en la de Shion. Pero...no, no puedo amarlo ahora...ahora y nunca: si nuestra amistad era prohibida, nuestro amor sería imposible. Somos como dos gotas de agua, pero el pertenece al aceite. Luego mis lavios recordaban el calor de los suyos, y se estremecian al querer ser cobijados nuevamente por esa pequeña boca que fue la que me confeso amor.

Era cierto que desde que lo conosí, las cosas en mi vida cambiaron...todo era mucho mas apresurado y riesgoso, y pudo romper la rutina de mi vida, pero ¿Sería Shion lo que yo buscaba? ¿Sería él esa persona que estaba esperando para amar con toda mi alma y mi cuerpo? ¿Por que tantas preguntas ahora? ¿por que no antes, cuando no sabia lo que sentia por mi?

Todos mis familiares comensaron a asustarse al verme de esa forma tan deprimida y pensativa, generalemente, no soy asi...pero las ciscunstancias jamas se habian dado de aquella manera. Mis amigos, mis primos, etc, me aconsejaron que desviara mis pensamientos de aquello que me atormentaba, y asi podria estar mas tranquilo...me invitaron a la fiestas que daria mi familia, pero me negue a haceptar.

-Dohko-chan, se que te sientes desorientado...pero, quisas lo que has esperado aun no llega.
-¿A que te refieres, Naisy?
-Lo que me dijiste el otro día...estas enamorandote, ¿no es cierto? Y al parecer, no es de la persona apropiada...
-¡Naisy, ya te dije que no juegues con esto!
-Dohko, escucha, como te dije, a lo mejor, este no es el amor que esperas...deberias conoser mas gente, mas gente de tu edad, quisas, eso te despeje la mente...quisas, eso te ayude a aclarar tus sentimientos...
-¿Aclarar mis sentimientos?-repeti como un eco, pues era justamente lo que estaba buscando.
-Si...¿Por que no vas a la fiesta? De seguro divertirte un poco hara que olvides lo que necesitas olvidar...¿Que me dices? Estoy dispuesta a acompañarte.
-Yo...bueno, si vas tu conmigo, no veo por que razon no deva ir...devo cuidar a mi hermanita pequeña...-le sonrreí, por un momento, Shion logro disiparse de mi mente, y la sonrrisa se tomo unos segundos nuevamente mi rostro. No devia desaprovechar esta oportunidad de volver a ser libre, por que Shion me tenía completamente prisionero y en mi propia mente, prisionero, pues no dejaba de pensar en el y tampoco en ese beso.

La fiesta sería ideal para depejar mi mente, que comensaba a ser tomada a cada momento por...su nombre...tan bellas palabras a nadie se le huviesen ocurrido nunca...S-h-i-o-n...aquello solo lo puedo haber creado un angel, una ninfa del bosque...¿Una Capuleto? ¡¡¿Como es posible, que tan hermoso regalo de la naturaleza, regalo de Dios haya sido engendrado entre los Capuleto?!! Será ese mi castigo...por pensar de esa forma?? quien lo sabe, lo unico que se, es que quiero dejar de pensar en el, aunque sea un solo momento, para asi poder despejar mi mente y poder pensar en que es lo que siento o no por él...

Me vestí y arregle de gala, la hora de la fiesta se aproximaba...mi traje era de un color azulado, con matices verdes para combinar: esplendido traje que mi padre me regalo para mi cumplealos numero 15...pero aun despues de un año, se conservaba intacto: sin duda era mi preferido.

Ya perfumado, y listo, me pare enfrente del espejo para comprobarque nada me faltara...entonces, en lugar de mi reflejo, aparecio en el espejo la silueta de aquel que me confeso amor y que desde ese momento no dejaba de ocupar mi mente...la silueta tambien de nuestro beso...nuestro, porque un beso se hace de a dos, y no recuerdo haber oponido resistencia:quizas lo que digo me delate, delate que disfrute tener sus labios en los mios, aunque fuese solo un sentimiento pequeño y sin fuerzas, y aunque haya sido tan solo un momento...deceo sentirlos una vez mas, para poder decifrar los callejones de mi corazón, para saber que hacer si esto fuese verdad. Bajé la mirada con rabia, pues nada de lo que deceaba se me cumplia...pero cuando levante la vista de nuevo, su imagen ya no estaba...

-Dohko, no seas tan engreido y dejate de mirar al espejo para ver como estoy yo...-rió mi hermana, entrando a la habitación. Al decirme esto, deje mis pensamientos y la observe: traía un precioso vestido color ezmeralda, combinado con fuertes matices lilas. Toda su hermosura, encajana perfectamente con esa bella sonrrisa que siempre estaba imprecnada en su rostro.
-Naisy...te ves muy bella...
-No exajeres...-se sonrrojó- Ya vamonos, la hora de la fiesta se nos viene ensima.
-Sí.-le respondi saliendo de la habitacion, la tome del brazo y juntos salimos de la casa hasta llegar al coche que nos llebaría al gran baile.

Afuera, las luces estelares brillaban con singularidad impresionante: noche mas bella que esta no creo exista nunca mas en la Tierra. Las antorchas de las casas iluminaban los senderos y las puertas de estas, y la de sus dueños que salian o entraban. Muchos otros choches tenian la misma direccion que nosotros, todos lo que allí habitaban, estaban invitados, despues, a la gran fiesta de los Montesco debia asistir mucha gente...

El cielo azul, esplendoroso mar de las alturas nos cobijaba y guiaba nuestro destino, mientras que los sonidos nocturnos despejaban cualquier ruido confuso y molesto que se escucha durante el día. El silencio de la noche es uno de los mas bellos bals y sinfonias compuestas por grandes musicos.

Asomabase por la ventanilla del carruaje, la gran mancion de mi padre, en la que se celebraban todo tipo de fiestas y reuniones familiares, gigantesco castillo, rodeado de los frutoos de la naturaleza, y de los regalos de Dios. Cualquier familia de todo el reino envidiaba poseer tal castillo, bendecido por los manjares de la vida.

El carruaje se detubo, y me presipite a abrir la puerta y bajar para tenderle muy cortesmente la mano a mi hermana.

-Con cuidado, señorita...-le sonrreí.
-Já, puedo cuidarme sola, señor Dohko...-rio ella tambien. La tome del brazo, di la orden para que el chofer partiera, y nos dispusimos a entrar al hermoso palacio: Las luces de la fiesta eran asombrosas, bestidos por acá, grandes trajes por allá, gente muy importante y adinerada de todo el reino, bellas damiselas y varoniles señoritos, señoras con abundantes anillos y jollas, y señores con bastones con incrustaciones de oro y diamantes, el ambiente alegre obligaba a sonrreir, la bella musica de bals interpretada por el pianista nos deleitaba. Todo era sumamente encantador.