09 agosto 2009

Romeo y Julieta (DohkoxShion) Capitulo 6 (1/3)

Capítulo Sexto.

ESTRELLA NEGRA.


Ya era de día. Desperté súbitamente, con el ruido probeniente de afuera de la habitación. Eran conversaciones. Naizy seguía duermiendo sobre su lecho y me levante sigilosamente y salí de la habitacion. Salí hacia el living y ahí estaba mi padre, mi madre, todas mis hermanas, incluyendo a Ampharo y su esposo, discutiendo hacerca de la situación de anoche.

-Dohko, que bueno que has despertado.-dijo papá al verme.-¿Cómo está Naizy?
-Ahora está dormida, he logrado calmarle...
-¡¡Dios mío, las cosas no pueden ir peor!!-exclamó Záfiro, mi hermana menor.
-Queremos mucho a Naizy como para dejar este asunto sin solución...y no hay más salida que enviarle a un sanatorio mental.-sentenció mi padre.
-¡¡No!!-reproché.-No lo hagas, papá, se recuperará...
-¡¡No puedes jugar con la recuperación de tu hermana!! En este momento ella sufre, si la enviamos, sabremos que podemos tenerla de vuelta sana. No es por nosotros, Dohko, es por el bienestar de ella misma.
-¿¿Romeo, por favor, no hay otra manera?? ¡¡Es nuerta hija querida!!-gritó mamá llorando.
-No la hay. ¡Que Dios nos acompañe en los malos tiempos!-rezó mi padre y se retiró del salón. Se fué a su habitación. Almorsamos sin mi padre y sin Naizy, que seguía en su piesa. Terminé de comer y fuí donde ella rápidamente. Toqué a su puerta, pero no me contestó. La abrí.

-Naizy...-pero estaba en su cama, recostada de lado, de modo que no le podía ver el rostro.
-Dohko...-susurró muy bajo.
-Hermana...¿cómo te sientes?
-Mejor...gracias, Dohko, gracias por todo...-dijo son voltearse.
-Naizy...-le toqué el hombro haciendo ademán para que se volteara y lo hiso. Sus ojos estaban rojos y cansados ya de llorar.-¿No tienes hambre?
-No...gracias
-Debes comer.-repuse-Aunque no quieras te traeré un plato, espera aquí-fuí corriendo a la cosina, tomé un plato y le pedí a la criada que lo llenara. Le agradecí y volví corriendo, claro, teniendo cuidado de que no callera nada de comida.-Ya llegué, aquí tienes.-dije entregándole el plato mientras ella se incorporaba.
-Eres un terco...
-Come aunque sea una cucharada.-me miró, sonrrió levemente, pues supo que no podría negarse. Me quedé acompañándola hasta que se terminó el plato completo.
-Dohko...te preguntaré algo pero quiero que seas cincero con tu hermana.
-Yo siempre te seré cincero...
-¿Tu...tu crees que...que yo estoy loca?
-Naizy...-le reprendí suavemente al verme acorralado.-Has perdido algo muy valioso en tu vida...comprendo cómo te sientes, y ten la seguridad de que si yo estubiera en tu lugar, estaría mucho peor...es sólo cosa de que logres olvidar lo ocurrido anoche, no tiene importancia. Lo que sí me importa es lo que piensas y lo que sientes, y eso me preocupa mucho...no sólo a mí, a papá y a mamá, y a todas nuestras hermanas. Eres muy importante en esta familia.
-¡¡Dohko, te amo tanto, hermano!!-me abrazó fuerte y llorando. La estreché y consolé.
-Yo tambien te amo, Naizy...no llores. Sonrríele a tu hermano.-le pedí. Me miró con ternura y sonrrió legeramente.-Así es como te quiero ver. Ahora descansa, duerme todo lo que quieras, si necesitas algo es sólo cuestion de pedirlo y todos correrán a atenderte, no estás sola en esto.-me ascintió con la cabeza, se metió dentro de la cama y la cobijé delicadamente.-Te amo.-dije besándole la frente. Me dirigí a la puerta, pero antes de salir me llamo.
-Dohko...yo también.-le sonrreí. Cerré la puerta.

Afuera no había nadie a quien pudiera esconderle mis sentimientos, estaba derrotado ante la situación, ver a mi hermana enese estado me dejó atónito y sin nada que decir o hacer. El camino era más sinuoso de lo que pensé, me sentí impotente al no poder solucionar aquello. De sólo recordar sus ojos llenándose de lagrimas, mi alma se destrosaba, traté de contener el llanto, pero una gruesa lágrima corre por mi mejilla. Recordé pronto que papá tampoco había comido desde la mañana, y que seguramente estaba en su cuarto muy afectado por lo sucedido. Me dirigí ahora a su cuarto.

Toqué y estaba sentado en su escritorio escribiendo una carta, me dio la entrada.

-¿Que sucede, Dohko?
-No es nada, papá...sólo quería ver cómo te sientes...
-No sabes lo duro que es para mí. Siento que todo esto es mi culpa, ese día...si hubiera socorrido antes a Francisco...-suspiraba.
-No fué tu culpa, padre...eso lo sabes bien.-miré con atención la carts que escribía.-¿qué escribes?
-Una solicitud, para que...hacepten a Naizy en el sanatorio mental del reino.-dijo con pesar.
-No...papá...
-Dohko, ya no me discutas más que así no me ayudas en nada. Tú ya eres todo un muchacho, no eres el niño de ayer, sabes que la situación no es fácil, sabes que tu hermana sufre, deverías apoyar mi decicion.
-Es que me cuesta pensar que Naizy pudiera estar en un lugar como ese...ella siempre ha sido tan tranquila, tierna, amable...
-Y por ese motivo, Dohko, ¿recuerdas cómo estaba ayer?Esa no es mi hija, y yo quiero a mi hija de vuelta.
-Lo sé...yo tambien...No has comido nada desde la mañana.-acoté.-¿No quieres que te traiga algo?
-No, gracias, hijo, bajaré a comer pronto, tú no te preocupes. Ahora, acompaña a hu hermana, al parecer eres el único que puede calmarla.
-Nos tenemos mucha confiansa entre ambos, desde pequeños.
-Ve con ella, hijo, mi Dohko.-me besó la frente y me sonrrió.-vé.
-Sí, padre.

1 comentario:

  1. Me encantó babosa... tienes que seguirlo, que triste lo de la hna... pero bueno...
    Te quiero

    Pasa por mi blog imoto-chan

    Helen Deschannel

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