19 julio 2009

Romeo y Julieta (DohkoxShion) Capitulo 5 (1/4)

Capitulo Quinto.

NO LLORES ESTA NOCHE.


Nuevamente me levante al alba, covijado por las pocas sombras que quedaban de la noche, como un fugitivo, como un villano, sin que ninguna mirada curiosa se topase con mis intenciones. El ambiente afuera era como de rozío, humedo, podía respirar pequeñas gotas de agua volatilizadas en el aire, haciendome despertar por dentro. Mi corazón latía con fuerza, mis movimientos de momento parecían nerviosos y torpes tratando de contener tanta energía y emociones dentro de mi cuerpo. Una sensación no fría, sino refrescante recorrió mi espalda, había logrado salir del encierro y me habia liberado al destino. Por fin pequeños pero cálidos rayos de sol comensaban a asomar de entre esas nubes juguetonas, y poco a poco el solitario escenario tomaba color mientras de una en una las personas llegaban hasta repletar el mercado.

Había hido hasta allí, como el día anterior, y con la misma intención. Necesitaba saber de él, estaba preocupado por su salud y, ahora que me ha prohivido entrar a su casa, solo me queda apollarme en una de las paredes del mercado esperando a Mu. Hace días que madrugo para venir aquí en la mañana, y nadie a estado a mi encuentro, ni una sombra, ni una señal, de aquel Capuleto no sabía nada. Pero tenía la esperanza de encontrarlo, hoy, así mismo como la tube antes de ayer y ayer, pero hoy estaba renovada.

Llebaba conmigo una capucha que tenía puesta para cubrirme el rostro, y que me limitaba la vición. Me apollé mirando hacia abajo, y de tiempo en tiempo la levantaba ligeramente para mirar a mi alrrededor y examinar con cuidado a cada una de las personas que por allí transitaban: una señora robusta con su pequeño hijo en sus brazos; el mercader ofreciendo sus suculentos frutos a toda persona que por allí pasase, y que no muchos escuchaban; otras hermozas señoritas caminando con sus quitasoles conversando en voz baja y soltando risitas agudas que llegaban a mis oídos como estrepitosos chillidos, y tratando de esquibar a los bagabundos y sucios plebeyos...y luego mis zapatos: no los había limpiado desde días atras, y el derecho estaba desabrochado. Pero eso no tenía importancia alguna, no la tenia.

Suspiro, y no termino de suspirar cuando por detrás siento que alguien a tomado mi mano y ha tirado fuerte de ella. Casi caigo al suelo, pero me di la vuelta y trate de mantener el ritmo que...él llebaba. Estaba seguro, era él. Su aroma, delicado y fuerte, sus blancos dedos tirando de mí, la misma fuerza con la que tiró en aquella ocacion en la fiesta de mi familia. Su contacto, tan cálido, me llegó a preocupar. Llegamos hasta un callejon poco frecuentado y alli pudimos detenernos y mirarnos.

-Shion!
-Dohko, no sabes la alegría que me da verte...
-¿Shion, por qué has venido? ¡Mirate, estas caliente...-tomé su frente y él sólo desvió la mirada.-...tienes fiebre!
-Eso...eso no importa. Lo que importa es el ahora, y ahora estoy contigo.-me sonrrió dulcemente.
-No, debes volver a tu casa, estas enfermo...
-No. Por favor, dejame estar contigo...por favor, dejame permanecer a tu lado aunque sea un segundo...sé que has venido aquí todos los días, y mi hermano no ha podido venir, hubo una pelea con mi padre...Así que yo mismo vine y...no voy a desperdiciar una oportunidad de estar contigo.
-Pero...-pero acalló mis palabras con un beso, delicado, lento, dió justo en mi punto devil. Me sentí derrotado ante él...
-Pero nada...te amo, Dohko.-tomó mi nuca, acarició mis cabellos y yo de igual forma le respondí.-Ven...-me dijo, y tomó mi mano nuevamente para conducirme a otro lugar. Sólo me dejé llebar.

Atravesamos velozmente un sin fin de callecitas, pasamos a llebar a mucha gente en el camino, hasta que llegamos. Me parecía haber ido antes a ese lugar...

-¿Recuerdas?-preguntó él de repente y no supe que responder.
-¿Que cosa?
-Este lugar es al que te traje cuando tubimos que pelear...
-¿Este? Santo cielos, es que fue tan rapido que no me di cuenta, lo siento...-dije avergonzado.
-No, esta bien, no tienes por qué decir eso.-luego continuó diciendo.-Aquí me sentí por primera vez enteramente feliz en mi vida, y fue contigo.
-¿Por primera vez?
-Sí. Y eso es porque uno nunca es enteramente feliz, siempre tiene que tener un problema, y aunque una persona esté feliz, estará recordando esos problemas...yo aquí olvidé todos mis problemas, mis preocupaciones y fuí enteramente feliz a tu lado.
-Eres...una persona muy sabia, Shion...
-Por favor, no digas eso...es solo que me dejas hablar solo a mí.-rió.-Aún no me has dicho nada de tí, sólo sé tu nombre...
-Es verdad, es que no soy muy bueno para hablar, prefiero escuchar a los demas y...
-Pero ahora yo te quiero escuchar a tí.-me cortó.
-Bueno...-balbuseé con nerviosismo.-¿Y que quieres saber de mí?
-Mmm...no sé, si te gusta escribir, leer, practicar algo en los ratos libres, si...soy el primero en tu corazón...
-El primero y el único.-le dije y me sonrrió.-Sobre escribir...pues...he escrito algunos versos, nada más.
-Anda, dímelos.
-No...-le dije avergonsado pero él insistía.-me da mucha pena...
-¡Vamos, si son tuyos tienen que ser muy hermosos! Aunquesea, dime uno solo.
-Esta bien, solo porque tú me lo pides...-carraspeé la garganta y comensé- "Soledad, amiga y verduga que con tus mantos dejas abrasar, y el aliento escapar, y el alba robar, mi silencio atravesar y la alegría, matices de colores que ahora sólo son vibraciones perdidas en el aire. Suspiro, soledad, antigua consejera de la verdad, déjame escapar al más allá, deja que mi alma toque cielo e infierno a la vez, y recitar las plegarias latentes de mi corazón. Deja de una vez destruir, ensangrentado está el piso, y gotas de sangre sobre las ventanas, el frío ríe y la calidez descansa, se ausenta. Soledad, dejad de retener mi llanto que ya no puedo más, los rayos del sol miran fijamente a mis ojos y se apiadan de mí, mas tú, soledad, eres mi amiga y verduga por toda la eternidad."
-¡¡Es...es!! Tan...!!-sus ojos me miraban fijamente y podía ver en ellos un resplandor hermoso, luminoso, angelical.-¡No entiendo cómo es que no te has hecho poeta o escritor!
-¡No! Mis versos los escribo y los guardo, no se los muestro a nadie;...sólo a tí.
-Ya no te apenes, Dohko...¿¿no creerás que tengo mal gusto para leer, o si??
-No, no dije eso...
-Entonces, si te digo que es lo más hermoso que he escuchado es porque es lo más hermoso que cualquier persona pueda audir en toda su vida.
-No exageres, son sólo palabras.
-Por favor, dime otro...
-Es que...-trate de buscar una excusa, pero no podçia decir que no a esa mirada.-escucha esto: "Jamás en mi vida creí que el amor sería tanto para mí, que sería mi razosinio, mi locura. Tampoco que aquel probocador pudiera arreglarselas para alimentar mi deceo, mi calor. El viento me trae miradas y pensamientos tuyos, y tu presencia me cala los huesos con esa voz, voz que ni los angeles son dignos de escuchar, y que paraliza cada uno de mis sentidos, y los duerme, y los cobija, y deja luego de beber de mi aliento para robarselo. Jamás pensé que las cosas se darían de tal manera, caminatas locas, desastrosas, sencibles y arrogantes. Y tú, parado ahí, pidiendo más y más de mí, y yo sin nada que decir, las palabras se secan, se duermen...solo te puedo decir..." ...te amo...-lo besé delicadamente, sentí sus suaves labios y esa sensacion loca de gritar, y luego concluí.-Eso no es un verso, Shion, es lo que pienso de tí.
-Dohko, cada día me das más razones para amarte...-sus palabras se fueron apagando y su cuerpo comensó a dejarse caer sobre el cesped, pero antes de azotarse contra él, lo tomé sobre mis brazos.
-¡Shion, qué sucede, despierta!
-Ah...tranquilo...fué...fué sólo un mareo...
-No, tienes ya mucha fiebre, estás devil.
-Nada de eso.-dijo intentando ponerse de pié.-Estoy bien.
-Shion por favor, ya vete.
-Pero Dohko...
-Ya vete, te lo estoy diciendo. Nunca deviste venir aquí hasta estar completamente recuperado, no te quiero si es que estas enfermo, no quiero que me busques, que me ames, no quiero que me beses, y no quiero verte si es que antepones todo eso antes de tí mismo.-enojado, lo reprendí como cual padre reprende a su hijo por haber cometido alguna desobediensia. Él sólo bajo la cabeza.
-¿Cuando volveré a verte?
-No lo sé...pero ya vete.
-¡No quiero, no quiero irme, entiende!
-¡Shion, ya basta!-sus piernas parecían no responderle bien y tube que tomarlo.
-Bésame y dime que será pronto.-admitió.
-Será pronto, confía en ello.
-Lo haré, te amo.
-Yo tambien.-nos besamos y se retiró corriendo, unos metros más allá se dejó caer. Estube a punto de ir corriendo hacia el, pero se puso de pié nuevamente, me sonrrió y corrió veloz, ahora ya su silueta desapareció por completo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario