22 julio 2009

Romeo y Julieta (DohkoxShion) Capitulo 5 (2/4)

Continuación Capítulo V.


Ese día volví intranquilo a casa, me preocupa la forma de arriesgarse que tiene Shion, me preocupa su salud, me da miedo que él mismo no se cuide como deviera. Ese día me encerré en mi piesa y me quedé así solo por horas, pensando, meditando, no lo sé.

Hoy es domigo. Mi hermana Ampharo ha ido a la iglecia, como todos los domingos, pero su novio vino a verla mientras ella no estaba. Papá estaba ocupado viendo las cosechas de los centenares de terrenos de nuestra familia, y mamá como sienpre tejiendo o vordando. Naizy salió a tomar aire. Sólo yo estaba desocupado en la casa para atender a ese tipo, y prefefiría estar ocpuado tambien para no tratar con él. Pero eso tube que hacer. Llegó muy temprano, vestía y olía muy bien, parecía que llebaría a mi hermana a algún museo o la llebaría a dar una vuelta; se veía muy elegante. Lo hise pasar con un gesto, se sentó en los sillones.

-Dohko, si es que así te puedo llamar, cuñadito...
-Llámame como quieras.
-¿Bien, no hay nadie en casa?
-Está mi madre, pero tambien está ocupada.
-Ya veo...
-¿Vas a esperar a Ampharo?
-Supongo que no demorará mucho, ¿qué crees tú?-quise contestarle que creía que era un estupido.
-Llegará un poco tarde.
-De todas maneras prefiero esperarla, tengo todo el día libre...Claro, si no te molesta...
-¿Y porqué devería molestarme?-dije con una mescla de humor-sarcástico
-No, por nada...es decir, por tu reacción del otro día, creo que no te caí muy bien...
-No, descuida, es que quiero mucho a Ampharo y la noticia me dió muy fuerte...
-Ah..entiendo...Entonces, ¿ningún rencor?
-Ninguno, despreocupate, que no muerdo.
-Jaja...si...¿Oye, y qué haces en tus ratos libres?
-Nada...-dije dirigiéndome a la cosina para traer dos vasos de vino.-Salgo a caminar, escribo...
-Ya veo, ¿Y no practicas con las armas?
-No, jamás lo he hecho.
-Pues sería bueno que lo hisieras, no sabes cuando alguien te puede atacar de momento y necesitas defenderte. Si quieres, yo te puedo enseñar, soy bastante bueno.-Me sonrrió como vendedor de una tienda, y no tube otra cosa que hacer más que aceptar.
-De acuerdo, ven.-me siguió hasta el patio trasero de la casa y allí tomé dos sables y le entregué uno.
-Mira, el sable se toma de esta manera. Lo primero que te voy a enseñar es a parar un ataque...ahora, cuando yo te ataque, cruzas el sable y luego empujas hacia afuera, ¿entendiste?-le hise una señal y él se preparó para atacarme. Corrió al pareser con todas sus fuerzas y detube su ataque.
-¡Lo has hecho esplendido! ¿Cómo es entonces que jamás has peleado?
-Es que...papá me enseñó algo...y...-luego recordé mejor. ¡¿Cómo no hiba a poder parar ese ataque, si alguna vez pude parar los ataques de Shion?! Recuerdo esa embestida feróz que me hiso retroceder, y que aduras penas logré detener, cuando recién nos conosimos...-había peleado una vez con...un Capuleto...
-¿Con uno de esos infelices? ¿Y lograste arrancarle la cabeza?
-¿Y cómo sabes tú que era un infelíz?-ataqué con rabia.
-Bueno, tranquilo...parece que eres muy irritable...pero, ¿qué entonces sucedió en la pelea, lo vensiste?-preguntó ahora con mas suavidad. Me asusté, lo que había hecho podría despertar sospechas, y me contube a lansar más ataques.
-A decir verdad...no. Me atacó con gran fuerza, a penas pude detenerlo, y cuando me preparaba para atacar, actuó más rápido y con un movimiento hiso volar por los aires mi sable, estaba desarmado...
-¡¿En serio?! ¿Entonces qué pasó?-dijo con gran interés. Quisá no era mal chico, y sólo pretendía ser amable con su cuñado, y yo sólo supe ofenderlo y tratarle de mala manera...
-Mi sable voló por los aires y quedó incrustado en la tierra, lejos de nosotros. Me miró fijo, creí que moriría. Me arrodillé ante él y cerré los ojos esperando mi muerte y le dije: "¡Mátame yá!" Pero a mi alrrededor no sentí nada. Abrí los ojos cuando me dijo: "Ponte de pie, tú me perdonaste la vida la vez anterior, ahora yo te perdono la tuya..."
-¿Dijo eso? Qué sorprendente...Pero, ¿A qué vez anterior se refería?
-Un día antes caminaba yo por la cuidad y me lo topé en el camino. Supe inmediatamente que se trataba de un Capuleto, lo decía la insignia en su pecho. Él también supo que yo no era de los suyos y me retó a duelo.
-Vensiste y tú le perdonaste la vida, ¿no es así?
-Así mismo...
-¿Sabes, Dohko? Otros dirían que lo que hisiste es especie de traición contra tu propia familia, pero yo digo que es un gran acto de valentía, de piedad, y es posible que ese canalla alla aprendido algo de tí, después de todo, te perdonó la vida cuando tú corrías peligro...
-¿En verdad eso piensas?-dije con un pequeño rastro de esperanza, quisás no todos pensaban que esa familia era realmente perversa como se cuenta.
-Claro, por eso te lo digo. Eres muy noble, pero ten cuidado, que la noblesa no te signifique ingenuidad y te juegue en contra...-pero en ese momento se escucharon pasos dentro de la casa. Volvimos y mi hermana Ampharo junto con mis demás hermanas habían vuelto de la iglesia.
-¡Prometeo! ¡Me estabas esperando!-dijo muy contenta mi hermana.
-Tal y como lo has dicho, mi querida Ampharo, he venido por tí esta mañana, y como no has estado, me he quedado a esperarte, hacíendole algo de compañía a tu hermano.-sonrrió él muy alegre.
-Me parece raro que Dohko no alla soltado los perros cuando te vió.-dijo mi hermana mirandome de reojo.
-Por favor, Ampharo, más respeto con tu hermano mayor, estubimos conversando, platicando, contándonos historias, somos muy buenos amigos, ¿no, Dohko?
-Bueno...-me sonrrojé un poco, pero, después de todo, Prometeo no parecía ser mala persona.-sí, nos llebamos bien y...yo quiero disculparme contigo, Prometeo, ayer...ayer no fuí cortéz contigo y...y veo que eres un buen hombre para mi hermana...
-No, no tienes nada porqué disculparte, fueron sólo primeras malas impresiones, no tienes porqué avergonsarte.
-Ya era hora de que Dohko se disculpara, ¿no, papá?-dijo Ampharo divisando a la entrada de la habitación a mi padre entrando.
-Ampharo, deja ya de molestar a tu hermano, ya se ha disculpado, además, él será quien presida tu fiesta de matrimonio...
-¡¿Qué?! ¿Qué has dicho, papá?
-Lo que has escuchado, tu hermano Dohko dirigirá tu fiesta de matrimonio con Prometeo.
-¡Pero...papá! ¡No quiero que Dohko haga la fiesta, no! Para empesar, ha sido muy descortes con Prometeo y además...esas, esas cosas las haces tú, papá...yo quiero que tú hagas la fiesta...
-Hija, Dohko ya se ha disculpado, no seas rencorosa y él debe acostumbrarse a este tipo de cosas, lo hará por el resto de su vida: sí, el proximo patriarca Montesco, mi hijo querido...-me sentí la razón de discución, y lo era. No podía mirar a nadie a los ojos, estaba complertamente avergonsado, sólo deceaba salir corriendo de ese lugar.
-Entonces...¿No hay vuelta atrás?
-No. Ya está decidido. Has caso, terca, y no digas más.-ante la autoridad de mi padre, no huvo más palabras.
-Sí, papá.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario